LITERATURA AMOR Y SHAMANISMO

Shamanismo en torno a La Teología de las Psicosis

 

En los Fenómenos que involucran la valoración de la Cordura como Salud Mental, nos vemos obligados a decir que ciertas clases de «padecimientos» tales como la Esquizofrenia, deben ser revisados y vistos bajo otra perspectiva.

La Historia de las Clasificaciones de las llamadas Enfermedades Mentales ha sido poco científica, basándose en tipificaciones morales que se adelantaron a su comprobación empírica en forma  tendenciosa de acuerdo a parámetros prejuiciosos, políticamente correctos conforme a su momento, concentrándose en su posible «curación» a través de un Diagnóstico Inventado… es decir, a su forzosa nulificación por medio de lo Autoritario y revestido de un Pseudo-científicismo. Todo aquello que en la Cultura preponderante no encontraba Lugar, se condenaba siendo susceptible de ser castigado como si de la Santa Inquisición se tratase. Ya que la «curación» de la Enfermedad Mental aumenta la crisis que involucra un Brote Psicótico.

Y es que el aumento de la crisis deja a la deriva el proceso que se presenta, sin proporcionar herramientas constructivas que permitan la integración del Delirio en un Propio Mito.

Durante mucho tiempo Intelectuales y Críticos de la Cultura Moderna y Posmoderna se esforzaron en entender la Producción Capitalista, así como los excesos de los Sistemas Socialistas como Métodos des-humanizantes. Las figuras del Intelectual y del Artista jugaron un papel combativo que inspiró la transformación de Valores Culturales en el devenir del entender del Mundo.

En la actualidad no existe un común denominador que aglutine un poner en duda a nivel popular las nociones que nos invaden desde la Publicidad y los Sistemas de Pensamiento que vuelven toda acción humana una negación de nuestros poderes creativos.

Nos sometemos, tal vez sin saberlo, a un modo de vida tecnologizado cuyo signo es la Absorción del Tiempo y la Uniformación del Pensar, de lo Perceptivo y Expresable.

Podemos entender esta Uniformación en el Pensamiento como Control Mental. Como ausencia de poder decirnos desde una Diferencia. El miedo, entonces, se convierte en la medida de la Salud Mental.

En el castigo a la Diferencia Psíquica.

La Exclusión Social se sufre debido al Decir de lo Anormal, ese Decir de la Locura cuya expresión es inmediatamente apagada por su carácter transgresor. El Movimiento de los Significados. El Comportamiento de la Alteración.

En una Epoca que se comunica por medio del Olvido y del Movimiento Constante de la Información, lo remanente que en recuerdos debiera ser tomado como un poder manifestar lo Imaginativo, es suplantado de inmediato por un injerto de Procesos Cognitivos ajenos al sujeto que, se dice, sufre un desfase en sus Percepciones.

La naturaleza de las Nuevas Tecnologías desfasan y desafían nuestras vivencias, las aletargan. Del mismo modo, los fármacos aletargan al Enfermo Mental en la Resolución de sus Delirios. Pero si comprendemos que lo humano incluye esta disposición a los discursos delirantes, si nos pensamos desde un Proceso Creativo, existe la posibilidad de poner en duda  y de aplicar las capacidades de la Imaginación a todos los Ordenes de la Creatividad del Pensar mismo.

La Utilidad comprendida desde la Economía, subyace al Fenómeno que ahora abordamos.

Psiquiatría, por medio de su Biblia, el DSM, busca concentrar y desaparecer toda actividad psíquica cuya manifestación involucre el Empoderamiento del Enfermo Mental. Tal y como sucede con otros movimientos sociales, tomando como ejemplo al Feminismo, la Reivindicación del Homosexualismo y  la fijación hacia la Protección de los Animales en pos de una justificación Ecológica, así la Enfermedad Mental debiera cubrir las interrogantes que le son propias en cuanto a una disrupción del Lenguaje y de los Comportamientos, encontrando su utilidad, su funcionalidad.

Pareciera que el Juicio de Valoración a propósito de la Enfermedad Mental es algo que a su vez busca enfermar.  

La contradicción aparece. El Enfermo Mental, teniendo pleno derecho a vivirse desde su Diferencia es incapaz de nombrar su ser-diferente. Su defensa está clausurada. Su decir, su describirse desde su condición, se torna imposible de sostener. La Locura, la Psicosis, se presenta entonces como una Antinomia.

Una Antinomia Operativa que excluye de inmediato el discurso de la Locura.

Creemos que el tratamiento de acercamiento y solución al problema de la Locura es, pues, erróneo.

Neurosis y Psicosis se entrelazan en el comportamiento diario de los habitantes de la Tierra. Así puede ser descrito. Así puede ser dicho desde nuestra Masiva Domesticación Pop. Es debido a la Cultura a la cual se pertenece que las Psicosis pueden entenderse como enfermedades o singularidades desde lo neurótico masivo que lo económico y social en Tempo-Esclavismo, nos permean de un significado a propósito de nuestra Personalidad.

Nuestra opción es la de considerar a la llamada Enfermedad Mental una Singularidad. Una Singularidad que merece nuestra atención debido a su carácter energético, de Concentración de Energía. Una Mutación Mental.

La figura del Shamán cumple con las características que se le podrían adjudicar al Enfermo Mental. Aceptar esta declaración implicaría un cambio sustancial en nuestro entender de la Cultura de la cual formamos parte y que pasivamente apoyamos, esta Sagrada Cultura en la cual estamos inmersos y de la que no podemos elegir su sustancia ni mucho menos transformarla; su Forma permaneciendo inalterable. Diremos entonces que estamos atrapados por esta Cultura nuestra, pues no podemos elegir los valores ni consideraciones que nos volverían agentes activos de lo que experimentamos en la vida común de todos los días. La Magia esta ausente. Y la Ciencia nos es impuesta. La Tecnología debe ser adquirida por la condición forzada de la moda y la necesidad comunicativa, y el Trabajo asalariado, aceptado en rutinas absurdas. La Invasión Sensorial que la Información, la Publicidad y toda clase de noticias funestas significan, conforman nuestros referentes inmediatos acerca de lo que es real.

El Shamán recibe un llamado. Este llamado se traduce en una crisis. La Crisis del Shamán, también descrita como la Enfermedad del Shamán. Este llamado culmina por parte del Shamán en aceptar su papel de mediador entre el Mundo de las Fuerzas de la Totalidad y la Tribu a la que pertenece. Pues bien, nosotros contemplamos que la Enfermedad del Shamán podría venir representada por lo que ahora se nombra «Brote Psicótico» en la Esquizofrenia. Pero la resolución del Brote Psicótico que el Shamán puede llevar a cabo en la Tribu aceptando su Misión, queda incompleta debido al Tratamiento Psiquiátrico. Los Fármacos intervienen en la función que el Shamán de común lleva a cabo y el Llamado a mediar entre el Mundo de Las Fuerzas y el Mundo Acostumbrado queda incompleto, truncado.

Aletargado, silenciado sin posibilidad de aceptar un Propio Mito alrededor de su persona, el Enfermo Mental debe luchar fingiéndose normal contra el Juicio Psiquiátrico que se le adjudica, en el mejor de los casos. La Uniformación en el Comportamiento y en el Decir, Hacen de una cualidad Espiritual, una Enfermedad.

Y dicha Enfermatización conduce a una Paranoia. Instaura lo Paranoico, lo hace progresivo.

El Shamán es un Artista, un Expedicionario en el Mundo de Las Fuerzas, y en este sentido, sus capacidades funcionalizan su Experiencia que se tacha de Psicótica, negativizándola. Pero el carácter transgresor del Conocimiento Shamánico implica una Diferencia Radicalizada. Un Conocimiento que busca emerger debido a su Propia Energía y a la Energía que se deposita en él como figura resolutiva del continuum Cultural de la Tribu.

El Shamán es un Concentrador de Energía, repito. Un vórtice en el que se depositan las expectativas místicas. Una antena. Un receptor de lo Invisible y un Constructor de lo Imposible, un dador de Nombres. Un Cuestionador. Una Singularidad.

Mi experiencia en la Radio para Locos, un Experimento Universitario depositado alrededor de la noción Académica de la Locura, me dice que puede haber Grupos Shamánicos que cumplan su Función comunicativa y de catársis. Durante mi participación en dicho Experimento Universitario, el desastre fue la norma. Un Experimento Universitario que buscaba dar voz a los Enfermos Mentales. Pero he aquí que algunas cosas dichas por los Locos no podían ser expresadas. La clausura del discurso se volvía imperante. El público que escuchaba el Programa de dicha Radio, tal vez encontraba demasiado transgresor lo que se decía.

El momento culminante de mi participación en esa Radio para Locos se presentó cuando leí La Ley de Las Cogelonas, un Dodecálogo Instructivo del Comportamiento Sexual para la Mujer, escrito en lenguaje coloquial. Gracias a la lectura de ese texto, quedé de inmediato excluído desde la exclusión en que esa Radio para Locos se proclamaba actuar. Se prohibió mi participación entonces.

Este ejemplo implica un entendimiento neurotizado que se equivoca a propósito del Fenómeno.

Pues existe un Monopolio de lo Real. Una conveniencia conceptual cuya tendencia es negar lo Imaginativo. Aquí, pues, es posible entender las Psicosis como una concentración no resuelta de lo Imaginativo en su manifestación de Fuerza Abortada, sin más remedio que volverse contra sí  misma.

Esta Imaginación Clausurada se emociona con las vías de escape «normales». El Cine, por ejemplo, y ahora, gracias a las Nuevas Tecnologías, toda Información cubierta por la necesidad de la Imagen por medio del Video, mimetizan lo Imaginativo Clausurado con lo transmitido y encuentra su punto de fuga a través de un divertimento de carácter entretenido, Morbo-Placentero, compartido entre Todos Contra Todos en Control Mental.

El Centro de lo Vivo pareciera ser el Conocimiento Mamario Tecnologizado, Conocimiento proporcionado por lo Informático en pasividad de absorción y apoyado por lo Matemático Algorítmico, para lo que no hay Tiempo ni Espacio para digerir ni recordar con profundidad crítica, de poner en duda.  Y la reflexión se torna aburrida si no viene acompañada de cierto sensacionalismo.

En este sentido, la Relación de Pareja, lo que hemos dado en llamar El Dilema de Lo Humano, y la Estructura Familiar, participan de Hacer Enfermedad el devenir de la existencia. Relación de Pareja que le está aun más problematizada al Enfermo Mental en nuestra Cultura Pop. Una Cultura que guarda más afinidad con lo que de Civilización puede entenderse debido a la Globalización y standarización de toda cultura cuya inclusión a un conglomerado orgánico, comercial y espiritual, subyace y se intercomunica con lo psíquico.

Adrián Dordelly

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